Descubriendo a Andrés y Antoni.
- Borja Santos
- 15 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 18 may 2020
Gracias a Andrés Montes, Antoni Daimiel, Canal + y el dinero de nuestros padres que pagaban la suscripción, nos enamoramos de la NBA.

Llega un momento en la vida, cuando ya estás asentado y tienes una existencia estable en todos los aspectos, suele ser en la franja de edad que tenemos ahora nosotros, en el que te detienes un momento y en vez de mirar hacia el futuro miras hacia el pasado, es lo que llamamos nostalgia. Te detienes para observar, observarte a ti mismo y descubrir, o al menos intentarlo, que es lo que influyó en tu infancia y juventud para que hoy seas la persona que eres, ya sea la familia, los amigos y por supuesto la época cultural que te tocó vivir, cine, música, literatura, televisión...etc. En nuestro caso podemos decir que tuvimos la suerte de toparnos de muy pequeños con el deporte, del que somos fanáticos impenitentes, y fue gracias a esta pasión desmedida que dimos un buen día con una retransmisión de la NBA en Canal+, la NBA por fin había llegado, no lo podíamos creer. Pero lo que de verdad sacudió nuestro mundo en ese momento, siendo unos preadolescentes imberbes que aún soñaban con llegar a la élite, fue la pareja comentarista de esos partidos, Andrés Montes y Antoni Daimiel. Fue un flechazo a primera vista, esa forma de narrar, esos motes, esos comentarios siempre acertados de Daimiel, esas conversaciones que nada tenían que ver con el partido y sí con el último restaurante que visitaron o el último local de jazz en el que entraron...o con las chirimoyas, un tema polémico sin duda. Pues bien, a partir de ese momento nuestra única función en esta vida aparte de respirar y de comer comida basura, era ver los partidos de la NBA a ver que mote nuevo sacaba Montes o que historia extradeportiva contaban esta vez. Luego, cogíamos la pelota de basket y nos íbamos a la cancha a echar un uno para uno o un tres para tres cuando se podía. Yo soy Chocolate Blanco Williams, yo Siglo XXI Duncan, yo La Máscara Garnett, yo Aerolíneas Jordan y así pasaban las horas entre motes, triiiipleees ratatatata, pichos de merluza, vuelos sin motor y algún Wilma ábreme la puerta o un mítico vaya piedra Daimiel. Pues bien, este idilio perduró mucho tiempo y sigue vigente hoy en día, aunque hayamos perdido al maestro por el camino. Tanto que cuando nos reunimos para crear este blog fuimos capaces de sacar mas de ochenta motes y expresiones que utilizaba Andrés Montes en los partidos, algunos míticos como Pat Riley Rodolfo Valentino (de mis favoritos), Cumbres Borrascosas Polard, Melodía de Seducción Sprewell, Etiqueta negra Wallace (Rasheed) o Robin Hood Nowitzki y apodos para un grupo específico de jugadores como los de la muñeca de madera, los estopa mix, el club del abuelo Victor, la intendencia o los entrenador que entonaban el amarrategui blues. Llega un momento en la vida en el que miras para atrás, recuerdas ciertas cosas y te surge una involuntaria y sincera sonrisa en el rostro.
Gracias Andrés Montes y gracias Antoni Daimiel.
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